Imagínate aterrizar en pleno Fuencarral con tu grupo y dar con un auténtico rincón peruano donde el pollo a la brasa es protagonista absoluto. Este restaurante lleva más de 19 años poniendo corazón en su cocina, y se nota en cada plato. El pollo al carbón se prepara con técnica tradicional peruana, jugoso por dentro, crujiente por fuera, y acompañado de sus famosas papas fritas y salsas caseras que convierten cada bocado en una pequeña fiesta.
Pero aquí no solo va de pollo: el ceviche de pescado, el lomo saltado con ese toque wok que heredó de la fusión chino-peruana, o el cremoso ají de gallina son platos generosos, perfectos para compartir en afterworks o cumpleaños entre amigos. La carta es amplia, las raciones abundantes y el ambiente acogedor sin pretensiones. Un sitio donde la calidad del producto se impone sobre lo superfluo, ideal para esas cenas de grupo donde lo que importa es comer bien y pasarlo mejor.